A lo largo de la cadena de producción de alimentos, se genera una gran cantidad de biomasa orgánica sólida cuya finalidad es a menudo la alimentación animal y fertilización de campos.
Sin embargo, en industrias como la de transformados de frutas y verduras, se trata de residuos con alto valor añadido por ser una gran fuente de compuestos activos de interés, además de sus propiedades antimicrobiana, antibacteriana, antifúngica, etc. A partir de estos subproductos, podemos obtener compuestos comercializables de valor añadido mediante un proceso fermentativo que potencie sus usos tecnológicos y funcionalidad.
Los procesos fermentativos nos permiten desarrollar medios de cultivos para a obtención de biomasas interesantes por su composición nutricional y efecto antimicrobiano.
Este modelo de economía circular es el que planteaba precisamente FERM BIO+. en línea con el Programa para la sostenibilidad integral de la industria agroalimentaria diseñado por el MAPAMA.
El proyecto, que se encuentra en su fase final, se ha centrado en investigar y optimizar nuevos medios de cultivo mediante la valorización de residuos del sector agroalimentario para obtener biomasas ricas en compuestos de interés.
Su desarrollo iniciaba con una primera fase de vigilancia tecnológica para selección de residuos vegetales. El cardo, la alcachofa, el champiñón y el hollejo de uva fueron los residuos seleccionados y, a partir de ahí, se realizaron diferentes pretratamientos para establecer una caracterización inicial y extraer al máximo los nutrientes de los subproductos estudiados.
Posteriormente, se estudiaron los requerimientos nutricionales de los microorganismos para la formulación de los medios de cultivo.
En la siguiente fase, se llevaron a cabo diferentes procesos fermentativos a escala laboratorio, estudiando la evolución de los mismos y los valores obtenidos para cada fase del proceso y subproducto.
Las biomasas obtenidas fueron caracterizadas en base a parámetros físico-químicos de cara a realizar una comparativa de las funcionalidades para cada biomasa. Finalmente, se analizó su actividad antimicrobiana frente a diferentes patógenos y alterantes.
La obtención de compuestos de interés mediante la revalorización de los subproductos generados en el proceso productivo permitirá a los productores de desarrollar una economía de base sostenible que utiliza bioprocesos eficientes y biomasa renovable para el desarrollo de productos saludables.
Además, este modelo económico basado en la sostenibilidad, permitirá disminuir los gastos destinados a la gestión de subproductos; gestión que representa un problema actualmente para gran parte del sector y que puede convertirse en una nueva fuente de ingresos y competitividad para las empresas.